La renuncia del gobernador de Nuevo León para buscar la presidencia en 2024 ha sumido al estado en una crisis política que mantiene en vilo a la población. El Movimiento Ciudadano, encabezado por Samuel García, rechazó el nombre propuesto por el Congreso local, controlado por el PAN y PRI, desencadenando una caótica sesión marcada por disturbios y acusaciones mutuas. Los opositores consideraron la renuncia de García como un movimiento estratégico para perjudicar a su candidata presidencial, Xóchitl Gálvez, y dividir el voto crítico contra el gobierno de López Obrador.
Samuel García no puede controlar la crisis
Ante la situación, Samuel García anunció su retorno temporal a la gobernación para abordar la crisis política, marcando un capítulo más en su constante pugna con los partidos opositores desde que asumió el cargo en 2021. El conflicto se intensificó cuando el Congreso local nombró como gobernador interino a Luis Enrique Orozco Suárez, mientras García designó a su secretario general, Javier Navarro, como “encargado del despacho del gobernador”.
Pueden haber consecuencias económicas
La confrontación política podría tener repercusiones en el desarrollo económico. Advierte que proyectos de inversión podrían frenarse, afectando a empresas como Tesla, que planea invertir más de 6.000 millones de dólares en una fábrica de vehículos eléctricos en la región. La disputa entre las fuerzas políticas podría paralizar el progreso del estado hasta las elecciones presidenciales de 2024, generando incertidumbre en el ámbito económico y político local.